viernes, 3 de agosto de 2007

La Violencia en el Aula

Suena el timbre, en la puerta de la escuela se agolpan decenas de niñas, niños y adolescentes que ingresan desordenadamente, unos con pereza, otros con ánimo y otros indiferentes. A todos les esperan seis horas en las cuales se encontrarán con diferentes tipos de realidades, formas de ser y con unas reglas que cumplir.
Esta diversidad de elementos, al entrar en juego, están produciendo conflictos entre alumnos, maestros y padres de familia, principalmente porque están siendo asumidos desde el irrespeto a la diferencia, el autoritarismo de los docentes y directivos, la ausencia de canales válidos de comunicación y la falta de espacios de participación para los alumnos. Generalmente, detrás de un problema surgido en los planteles educativos, hay toda una serie de factores de tipo social, económico, cultural y psicológico que hacen parte de la interioridad del estudiante o del docente, el conflicto hay que entenderlo desde quién es el sujeto, el porque lo hizo, posiblemente viene de una familia de maltratadores, con problemas económicos, hay que entender el conflicto desde su raíz”.
Negociar y mediar son dos estrategias que se pueden utilizar a la hora de resolver situaciones conflictivas en el aula, porque permiten comprender, compartir, respetar al otro y defender las opiniones propias de una manera pacífica. La negociación es lo que usted quiere y yo quiero y a través de esos razonamientos llegamos a un acuerdo que lo beneficie a usted y me beneficie a mí, en esa medida se construye una política no de lo particular sino de lo común. En cuanto a la mediación es cuando ni usted ni yo nos ponemos de acuerdo, traemos a un tercero; esa persona tampoco toma decisiones, lo que hace es dar una recomendación, y es a partir de ellas que usted y yo volvemos a negociar
Antes de sentarse a negociar o de actuar como mediador, los participantes en un conflicto podrían tener en cuenta reconocer al otro, aceptar sus intereses, implica dialogar y buscar formas distintas de resolución. Para intervenir en un conflicto de forma cooperada, se requiere desarrollar habilidades personales como: tener una mentalidad abierta, ser flexible, tener un pensamiento complejo, ponerse en los zapatos del otro, poder reconocer las diferencias, no valorar a las personas desde mis prejuicios sino reconocerlas como sujetos válidos”
Aunque existen muchas formas de tratar un conflicto no hay que olvidar que cada uno merece un manejo especial. En conclusión, cada conflicto tiene su origen, por lo tanto no hay que olvidar que antes de enfrentarlo es importante analizar su raíz e integrar a todos los actores que en él intervienen para así dar una solución que beneficie a todos. Visto de esta manera, el conflicto puede abrir espacios para la convivencia y permite el aprendizaje de todos los involucrados en él, porque posibilita el reconocimiento del otro, facilita el intercambio de ideas, opiniones y la participación de alumnos, maestros y padres de familia.

No hay comentarios: