Para que se pueda definir un conjunto distinto del resto en la población humana deben existir características objetivas y propias que identifiquen a los individuos que ingresan a esa categoría. Esas características deben ser únicas de esa población humana, es decir no compartidas por el resto de la humanidad. Además, para definir esa categoría debe existir un correlato genético o cultural que lo sustente. Por ejemplo, los menonitas o la etnia Nukak tienen características culturales distintas al resto de las personas, por lo que se pueden sustentar como grupos culturales propios. Biológicamente no se conocen categorías que puedan servir de fundamento para proponer grupos distintos dentro de la humanidad.
Las numerosas definiciones de Niños Índigo, además de ser diferentes entre sí, son subjetivas o están fundadas sobre caracteres esotéricos o sin referentes materiales en la realidad. Sólo Nacy Tappe se atrevió a plantear una definición clara: ella usó el color del aura. El problema de esta definición es que no se puede caracterizar a una entidad de la realidad, como sería una nueva clase o raza humana, con un concepto metafísico y pseudocientífico. El aura supuestamente es un reflejo de una “energía” sobrenatural o energía vital que en los humanos emergen desde los chakras, y se vincula con la reencarnación. Estas afirmaciones nunca pudieron ser comprobadas a través de la experimentación científica o validada con algún método, es decir, el aura sólo existe en la imaginación. Ver “Desde el alma: La fotografía Kirlian” para una discusión más detallada sobre el significado del aura.
Como ejemplo de estas vaguedades y generalidades se puede citar la propuesta original de Carroll y Tober en “Los Niños Índigo”:
1.-Vienen al mundo con un sentimiento de realeza (y con frecuencia actúan de esa manera). 2.-Tienen un sentimiento de “merecer estar aquí” 3.-La propia valía no es un asunto de gran importancia. Con frecuencia ellos les dicen a los padres “quiénes son ellos”. 4.-Tienen dificultad con la autoridad absoluta (autoridad sin explicación o alternativa). 5.-Hay cosas que sencillamente no pueden hacer; por ejemplo, les cuesta mucho trabajo esperar en una fila. 6.-Se frustran con los sistemas que se basan en la costumbre y que no requieren un pensamiento creativo. 7.-Con frecuencia ven mejores maneras de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela, lo cual los hace parecer inconformes con cualquier sistema. 8.-Parecen antisociales a menos que estén con los de su propia clase. Si no hay otros con una conciencia similar alrededor de ellos, con frecuencia se vuelven introvertidos, sintiendo que ningún otro ser humano los entiende. La escuela les resulta con frecuencia extremadamente difícil para socializar. 9.-Estos niños no responderán a la disciplina “de culpa” (“Espera a que llegue tu papá a casa y vea lo que has hecho”). 10.-No les da pena dejar saber cuáles son sus necesidades.
Otras definiciones, o enumeraciones de rasgos, de los Niños Índigo son de este estilo, y se reiteran en usar la idea de Carroll y Tober que dice:
“Un Niño Índigo es aquel que muestra una nueva e inusual serie de atributos psicológicos así como un patrón de comportamiento generalmente no documentado con anterioridad”.
Nancy Tappe fue más allá de su definición inicial, llegó a definir cuatro tipos distintos de Niños Índigo: el humanista, el conceptual, el artista y el interdimensional. Nuevamente definidos con generalidades para que cada uno pueda hallar lo que busca en cualquier niño.
Luz Guzmán en su libro “Los Niños Índigo, en busca de la verdad” describe 76 características de estos niños, algunas tan generales como “56. Son Inquietos”, tan pseudocientíficas como “50. Canalizan sin esfuerzo”, o “54. Manifiestan otras habilidades parapsicológicas”.
En síntesis: los Niños Índigo no existen como una categoría objetiva de la diversidad humana, no se los puede definir ni diferenciar inequívocamente de otras personas ya sea desde un aspecto cultural o biológico y en el ámbito científico especializado nunca se detectó esta supuesta nueva categoría humana.
La motivación es lo que induce a una persona a llevar a la práctica una acción. Es decir estimula la voluntad de aprender. Aquí el papel del docente es inducir motivos en sus alumnos en sus aprendizajes y comportamientos para aplicarlos de manera voluntaria a los trabajos de clase. La motivación escolar no es una técnica o método de enseñanza particular, sino un factor cognitivo presente en todo acto de aprendizaje.La motivación condiciona la forma de pensar del alumno y con ello el tipo de aprendizaje resultante. Los factores que determinan la motivación en el aula se dan a través de la interacción entre el profesor y el alumno. En cuanto al alumno la motivación influye en las rutas que establece, perspectiva asumida, expectativa de logro, atribuciones que hace de su propio éxito o fracaso. En el profesor es de gran relevancia la actuación (mensajes que transmite y la manera de organizarse). Metas que logra el alumno a través de la actividad escolar. La motivación intrínseca en la tarea misma y en la satisfacción personal, la autovaloración de su desempeño. Las metas extrínsecas encontramos la de valoración social, la búsqueda de recompensa. Uno de los principios para la organización motivacional que puede ser aplicado en el aula son: a. La forma de presentar y estructurar la tarea. b. Modo de realizar la actividad. c. El manejo de los mensajes que da el docente a sus alumnos. d. El modelado que el profesor hace al afrontar las tareas y valorar los resultados
viernes, 27 de julio de 2007
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